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ALGUNAS ESPECIES EN APUROS

No todos los osos pardos que habitan en el planeta corren la misma suerte; mientras que en Canadá vive un número reducido pero estable de individuos, en Asia, Norte América y Europa, su población está seriamente amenazada.

A pesar de las intensas actuaciones de conservación, el número de águila imperial ibérica (Aquila adalberti) sigue siendo muy reducido. Los venenos, los cables de alta tensión y la escasez de conejos, su principal fuente de alimento, son obstáculos para la preservación de esta especie.
 

La caza furtiva y la reducción de su hábitat han llevado al tigre de Bengala, el felino más grande de todo el planeta, al borde de la extinción.


Con una población de menos de 700 individuos en estado salvaje, la supervivencia de los gorilas de montaña está muy amenazada. La caza furtiva, la pérdida de su hábitat, el contagio de enfermedades transmitidas por el hombre y la inestabilidad política de las zonas donde habitan son las principales causas.


 De las tres especies de cebras existentes, la De Grévy es la más grande y la más bella, pero su población se ha visto diezmada por la caza, la destrucción de su hábitat, las enfermedades y la competencia con el ganado por los recursos naturales.

La existencia del panda gigante, una especie simbólica para los conservacionistas, de la que sólo hay en libertad alrededor de 1.600 individuos, está amenazada no sólo por la degradación de su hábitat, sino también por su baja tasa de natalidad.
 

La tortuga estrellada es una de las especies en gravísimo peligro de extinción. Su hábitat es un punto caliente de la biodiversidad: la isla de Madagascar.


El oso polar, catalogado como especie vulnerable, está cada vez más cerca de entrar en peligro de extinción debido al cambio climático.
 

El elefante asiático, diezmado por la acción del hombre y la rápida desaparición de su hábitat natural, es uno de los muchos grandes mamíferos salvajes amenazados.